En defensa de la calidad de los ebooks

Hace unos días escribí un hilo por Twitter para hablar de la edición digital y lo poco que buena parte de las editoriales cuidan su calidad. Como no quiero que esas reflexiones de pierdan en el fondo de esa red social, he decidido recogerlas en esta entrada y dejarla aquí colgada en el blog para que sea más fácil llegar a ella, por si alguien en un futuro le apetece leerla.

Creo que es importante recordar que la edición digital de un libro no es «eso que sacas porque toca», porque todo el mundo lo hace o porque algunos lectores te lo piden y no te queda más remedio. Es algo que hay que cuidar y mimar igual que una edición física. Pensad que para mucha gente con problemas visuales es la única manera de leer. Y pensad también que en muchas ocasiones es la única manera de que un libro pueda llegar a cualquier parte del mundo.

Todo esto lo digo sobre todo por las editoriales, porque entiendo que cuando una persona autopublica gratis su relato en Lektu, por ejemplo, no se le puede pedir lo mismo que una empresa (editorial) que está sacando dinero de la venta de un libro. Sin embargo, también pienso que todos tendríamos que ser conscientes de lo importante que es mimar las publicaciones, para que de ese modo le autopublicación no gane fama de «estar mal editada» o de ser un sucedáneo de segunda (y lo digo como persona que autopublicó novelas con una calidad pésima hace años y ahora piensa que no fue la mejor opción).

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Fotografía de Perfecto Capucine en Unsplash

Maquetar en digital no es coser y cantar, sobre todo cuando hablamos de hacerlo a nivel profesional. No vale meter el archivo Word en un conversor tipo Calibre y dar el resultado por bueno, porque el código generado no suele ser correcto según los estándares, aunque a primera vista parezca bonito. En ese sentido, Sigil es una buena herramienta para cosas sencillas, aunque hay que tener un poco de dominio del código para sacarle partido de verdad.

Otra herramienta bastante buena es Streetlib, una aplicación en línea que además es gratis. Es cierto que si se quiere obtener un buen producto no basta con meter el texto en la aplicación y generar el libro: es necesario limpiar el código. Pero para un autoeditado que no tiene conocimientos de maquetación digital me parece una herramienta excelente. Hablé de ella con un poco más de detalle en mi cuenta de Twitter.

Maquetar en digital es parecido a programar una web (o incluso a preparar una entrada de blog en formato html). Pero cuando editas un ebook debes tener en cuenta ciertas particularidades relacionadas con los libros. A fin de cuentas, no estás montando una página web: estás haciendo un libro (digital) y ahí entra también el diseño tipográfico, porque los libros tienen su esquema propio.

Esto es una mala maquetación:

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Está montada como una página web, sin sangría y con los párrafos separados por una blanca. Es la programación estándar de los párrafos en lenguaje html. Pero no es correcta para un libro, porque no se le ha asociado una hoja de estilos que defina el diseño tipográfico del libro.

Esto es una buena maquetación:

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En este caso los párrafos no tienen separación entre ellos y hay una sangría para marcar el inicio de cada uno.

El diseño tipográfico de un libro es muy importante para transmitirle personalidad o para incluirlo dentro del diseño de la editorial. No basta con meter el texto para que se pueda leer y ya está. Hay que hacer que estructurarlo y darle personalidad, y eso no se consigue solo eligiendo el tipo de letra.

Si os interesa este tema, os recomiendo algunos libros para empezar:

  • Manual de tipografía, John Kane
  • El diseño de libros, Jost Hochuli y Robin Kinros
  • Tipografía básica, Philipp Luidl
  • Ortotipografia, Josep M. Pujo i Joan Solà (en catalán)
  • Diseño para la edición, Jan V. White

Editar un ebook si no conoces estos lenguajes de programación no es fácil, pero para eso existen profesionales que se dedican a ello (que se vuelven imprescindibles cuando hablamos de libros complejos o formatos más modernos que implican otros lenguajes como Javascript). Y, sino, pues hay que aprender a hacerlo bien. Que sí, que un curso de maquetación te cuesta 500€. Pero no puedes publicar ebooks mal hechos, lo mismo que no puedes publicar libros en papel mal hechos y esperar que la gente los compre y no se queje.

Hay muchos tutoriales la mar de sencillos para aprender las bases (maquetar una novela en digital no suele ser complicado y conociendo lo básico te apañas). Celia Añó tiene un estupendo tutorial e incluso una plantilla gratuita en su blog. Y estos también lo he usado bastante y me parecen muy útiles:

Además, no basta con maquetar bien, hay que hacer un buen testeo posterior, para asegurarse de que el ebook se va a ver bien en todos los dispositivos. Que los aparatos lectores son muy puñeteros y a veces pasan por alto la maquetación del EPUB e incrustan una de propia.

Pero de este tema os hablaré en una próxima entrada.

Espero que la entrada os haya resultado útil. Cuidad vuestras maquetaciones. Ayudemos a que los ebooks no tengan esa fama de sucedáneos de mala calidad.

Imagen destacada: Aliis Sinisalu

Una respuesta a “En defensa de la calidad de los ebooks”

  1. […] El otro día os hablaba del valor de la edición digital y de la importancia de hacer una buena maquetación para los libros electrónicos en esta entrada. […]

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